Una muñeca de huesos de pájaro

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La acherontia styx tiene la propiedad de imitar el aroma producido por las abejas, lo cual le permite entrar en una colmena sin ser atacada para conseguir miel.

lunes, 16 de septiembre de 2013

La traición de las imágenes.

Ahora.
O siempre.
Deambulando, peregrina de recuerdos de tinta.
Ebria de abismos, buscando entre colmenas un lienzo puro.
Ahora.
O siempre.
La niña de ojos espejados se hamaca en el jardín de cerámica.
Las avispas susurran verdades que dibujarán lágrimas en su sonrisa.
Es mejor no invocar a las estatuas de sal.
La niña oscila entre el despertar y la elocuencia noche.
Demorarse en la distancia del concepto.
Saltar a la garganta de la voluptuosidad.
Pero el saltar también es lógico y secuencial...
Cuando el verdugo de las sombras yace en un foco incandescente.
Y no.
Esperando en el anden infinito un tren que destroce este último ápice de razón. Un tren fantasma.
De nuevo. 
Es mejor no invocarlas.
Sabés que vuelven a estar ahí...
De nuevo.
¿Será posible que cargue con todas las verdades, todas las mentiras? ¿Qué tan fuerte es la ceguera?
Si muero, será viva de oscuridad...
Y, ¿cómo?
Si nadie me ha visto nunca.
A veces los precipicios se sueldan.
En la punta de la lengua.
Adentro del ojo.
Se puede pretender que el cielo nos cobija y la tierra nos sostiene.
Como un conejo que corre tras la zanahoria que se le pone delante en una cuerda.
Y tira con fuerza de la cuerda.
Invocarlas.
Involucrarlas.
¿Es mejor no involucrarlas?
De nuevo.

1 comentario:

Escritos viscerales. No se ajustan a las reglas de la gramática. No insista.