Inhalar
Crema de inocencia podrida
La pegajosa obsesión hecha carne.
Los dientes de la seducción.
Otro despertar confuso al pie de la fuente.
El cerebro, fresco sobre la mesa.
En el balanceo de lucidez, los inquilinos de trapo permutan cadenas de escalofríos por falsa lealtad.
Transmutan en esclavos en vela.
Condimentos de otra picazón que no cesa
Sed de lágrimas de agua dulce.
Las mentiras se originan en la humedad.
Reflejos de huida.
Exhalar
Clavarse las uñas hasta hacerse sangre.
Curar con miel las hendiduras de la corteza
(para alimentar a las hormigas de la carne)
Agónicos puntapiés a la oscuridad.
Gritos ahogados en la almohada.
Péndulo del desconsuelo.
Defensa primitiva.
El abandono se traduce en el límite del alambrado.
Víctima de convulsiones febriles,
del estupor matutino
Esculpirse.
Arrancarse la piel a tiras.
Reír hasta desencajarse las mandíbulas.
Ladrar hasta que el alma se escape.
Arriba el sol.
Abajo las ruinas.
Fundirse en el incendio de las ilusiones carcomidas.
Hermoso! Nueva Pizarnik!
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