Carestia

la recombinación de los fragmentos de mi cuerpo
bosqueja el panorama por acontecer:
no habrá paños fríos sobre mi frente
la desnudez de mis hermanas muertas
renacerá en cada náusea

percibo que las paredes de mi Más Allá
están tapizadas con placenta magra
y el descenso es ruin:
acorrala

el saber que ya no verán mis escombros
con conmiseración
como el lamento de un perro herido
ungido en sangre y orina
alivia apenas la vergüenza
y revitaliza el filo perdido
para volver a engendrarme
ser reducida a lo más carnal de mi existencia
proyectar mi odio en reproches
en venganzas que nunca se concretarán
en el germen de la sedición

a veces de paso marcado
otras indómito
siempre ajeno

Llaga

5 meses y 6 días
sin poder purgar la llaga
que crece, crece
se sienta sobre mí
a horcajadas
y se burla

como epílogo
de una novela de folletín
me serví de un idilio que nunca existió
soñé empresas imposibles
paredes de ladrillos
canas
hospitales públicos
y fosas comunes
no estoy segura de haberlo creído del todo
pero estoy segura de haber emprendido el descenso a mis infiernos
con la esperanza de un ascenso purificado
y ahí estabas, de nuevo, frustrando mis planes
te volviste uno de esos lugares comunes
con los que coqueteo los jueves

de vez en cuando jugamos a los dados
y te dejo ganar cuando me aburro
los miércoles pierdo tanto el control
que trato de identificarme con tus demonios

así fuimos desarrollando una suerte de complicidad enferma
y de vos envidio un poco más que
la niñez descarada
la carne tibia
ni siquiera esbelta
servida en bandeja labrada
¿pero qué niñez?
¿qué carne?
¿qué inestabilidad romantizada hasta el delirio?
todo se reduce
a la exclusividad
de aquellas tardes ahumadas
cuando pudiste meterte dentro
escrudiñar
hacer y deshacer a tu antojo
en aquello que deseé tanto
yo, siempre en las gradas
guardando silencio protocolar
siempre oyente
en actitud contemplativa
traicionando mi lucha
y siendo traicionada por el lenguaje
por falacias que sólo conducen a la tristeza más opaca
al frío del metal contra mi piel inexperta
al corte que nunca fue

miento cuando digo que te odio
que me molesta que laceres las pieles
que me asquea que supures
que febrilices
que dejes en carne viva
miento cuando digo que me asusta
que ulceres los cuerpos cancerosos
devenidos en grumos de grasa y jorobas

miento
mientras estudio cada movimiento
tomo notas
y procuro cumplir a rajatabla tu régimen
para atreverme
a ser el eje de todas las miradas
y dejar
al menos una pequeña cicatriz

Cenizas

volverse y
encontrar la verdad
en un andén de subte
en las piedritas que saltan en las vías del tren
en la pintura resquebrajada del mural del puente
para perderla
entre las cajas de la mudanza
el olor de la cuchara de alpaca
y un saquito de té fraccionado en cuatro tazas sedientas

Incendio

llego a contemplar la casa de mi infancia en llamas
como una espectadora
y sólo puedo fotografiar la escena
eternizar el humo que llena mis pulmones
en una imagen fría

aprieto los puños
veo mis nudillos puros y sanos
y los libero
los vasos constreñidos vibran
las marcas en las palmas duelen
aprieto de nuevo
con vehemencia
respiro
suelto

pienso en las sobras de la cena de ayer
que quedaron sobre la mesa
en el gigante invisible que
en su condición de busto de bronce
nos fuerza a maternar
nos convierte en su burla
en su carnada
en su objeto
nos lastima
nos enfrenta
nos dice como ser
como amar
(y a quién no)
como ser más codiciable
(pero tanto no)

mis venas aún tiemblan
mis pulmones se limpian
con algunas bocanadas de aire puro
pero mi bazo no mejora desde anoche
mi piel se vuelve a marcar fácilmente
mi carne todavía es blanda
mis brazos siguen sin fuerzas
y mis ojos siguen siendo de espectadora

Los Saciados

Cuando el dolor ceda
Y los dientes sean más cortantes
Todos los órganos se sacrificarán
Recibirán

Entonces el flujo y reflujo del estómago va a acunarme
Con algo de carne dentro
Dándome la bienvenida
A Los Saciados

Confesiones de Invierno

Quiero estar en
mi cama ahora, pero
no tengo casa

Ni un refugio,
ni un abrigo, nada
Ni palabras ya

Eutanasia

La pared era
Verde, y la pintaste
De amarillo.

Tranquilo. No voy
A preguntar. Sólo te
Pido un favor:

Necesito que
Te vayas rápido. Yo
No quiero lentas

Agonías, no
Soy tan ingenua. Cargo
Más desengaños

De los que debo
Con veinticuatro años.
Y los merezco

Fiebre

piadosa muerte:
¿me arrullarás esta
noche al fin?

me estremece
mi propia respiración.
misericordia

-.-

aunque al fiebre
cese, aún brotará
la bilis negra

directo de lo
más inmundo de tu ser,
de tus vísceras

áridas, mustias.
no fueron concebidas
para habitar

Acherontia Styx

Puedo camuflarme entre las abejas
Imitando su olor
Para robar de sus colmenas

La naturaleza es despiadada pero sabe
Que las mariposas nocturnas
También merecemos un poco de miel

SadHaiku II

para mis hombros
veinticuatro años son
ya demasiados

A la muerte

La luz no atraviesa los cuerpos
Acaso por la grandeza del peso que los oprime
O la inmovilidad de los espíritus
Inmersos en los caldos espesos del fango

El maloliente vaho que el calor subraya
Agobiante como una celda
Ya no los sostiene
No los llena
No los une

Yo me reconozco más
En la nervadura de las hojas secas
Que en el vinagre que me nutre
Superfluo y dañino

Aunque el cirio se erija
Dulzón y ceroso
Sobre aquel mueble de nogal

Te ofrezco
Una voz deshilachada en lamentos convulsos
Y los restos que yacen en un charco sucio
Pero no llegan a saciar tu avaricia

¡Impiadosa!
¿Por qué no reparas
En mi mirada bovina
Que ruega descorrer el velo
Aunque sea inminente el desastre?

Cuando amanezca
Esta función desencajada
Habrá vuelto a su lugar
Diente por diente

Y la opereta
Continuará a través de la piel transpirada
Sin temor
Sin remordimiento
Sin torpeza

Crisálida

otoño y el
capullo se secó
en la copa del árbol

así subieron
todas las esperanzas
al patíbulo

Anhedonia

Cuando se llega a la carne y al hueso de la vida
y sólo queda la cicatriz inamovible
del arraigo
madurando su deterioro,
las caricias toscas
que petrifican
e imposibilitan la renuncia
transmutan en jugos concentrados,
en flores secas,
en café soluble

Cuando se llega
al meollo
allí donde escurren los humores más infectos
entre amaneceres de boca pastosa
y sobres de jabón individual
sólo permanecen
gemidos raquíticos
que quizá la muerte
arrulle

Des(h)echos

estoy cansada de ser
madre
bastón
colega
de ahorrar
sobra tras sobra
de ser oído
hombro
clavo que (quizá) saque a otro
cenicero
bacinilla donde suceden los restos de la última embriaguez

de no dormir
de ser sombra espectacular
objeto de pena
de burla
de comparación
oráculo
error
verguenza
premio consuelo
segunda elección
de estar cansada
de ser proyecto
de ser bocado
de ser bozal
de ser

SadHaiku

Pero su alma
Todavía es virgen
Y no comprende

Que el mañana
Irrumpió y se llevó
Lo mejor de mí

Ejercicio oulipiano de enero

De verdad lo estoy intentando, ¿ves?
Me subí al tren
Es un pequeño (logro)
No tan importante como para colgar (guirnaldas)
O descochar ese (vino) que teníamos guardado
Pero me subí al tren
Y lo escribo con (pluma)
Aunque merece ser tallado
Con un bisturí
Como las huellas que quedaron

--------------------------------------

Hacer (fila)
Bajo el sol
Que quiebra la piel
Y las certezas

Para descubrir
Que la (tierra)
No pertenece
Y el (salvajismo)
También puede estar hecho de cemento

----------------------------------------

¿Mi (destino)?
Acaso la muerte
El lustre de la seda
La finitud de un cubo de (hielo)

La (importancia) del suspiro
De un obrero

La fragilidad de un par (ojos)
Durante una tormenta de arena

Haikus de enero

me gustaría
tener la certeza de
que hoy no será

mas escasean
las certidumbres sobre
todo ahora

que la angustia
entra en tus bolsillos
tan escuálidos

-------------

yo solo sé que

al menos esta noche

no seré feliz

-------------

el ruido del tren

tarda en apagarse

la vida también

-------------

Cansada

ruego que nadie vea
ese manojo de pelo en el suelo
que me refleja hebra a hebra

el jueves se quebró otra uña
e hizo tanto ruido
como este tren
que me devuelve
y no me lleva a destino

Regular

nueve minutos
y siete segundos de huida

el corazón arremete
descarnado

cada partícula se febriliza
los huesos arden
en carnes magras

Ubi sunt

¿dónde están los pasajeros?
¿dónde reposan sus fantasías ocultas,
sus primeros anhelos?
¿quién atormenta a los guardianes de las vísceras?

la náusea del no pertenecer
a la estirpe de noble transparencia
los desgarra

no quiero sangre para beber
todo va a ser lamento
cuando su boca pronuncie la prueba espectral
cuando la noche caiga en tus ojos de arena

la visión se turba
los hombros se ensanchan
el vientre sonríe

(pero las llagas son grandes
y disimularán si las miro)

Los invitados

el abandono
puede significar algo parecido
a la nostalgia de compases antiguos

cuando las cicatrices
del desacompañamiento
murieron en el asfalto
tomé la flor con los pies y la devoré
me hice azúcar
y en un suspiro
las hormigas me liberaron
de la oscuridad

Las lagañas

púrpura y añil
rojo y negro
amarillo y ocre
danzando en pinceladas inexpertas

a veces delinean una figura de mujer
entera
que no se atrevió a ser
a veces un engendro de carne blanda
buscando la plenitud perdida
en su desnudez

los surcos del lienzo conmueven mis restos
y pueden significar algo parecido a la Soledad

que es un bien escaso
y nos anexa

Premio consuelo

A Rocío

Todos los trenes van a Temperley

te dije que me había inspirado cuando salíamos del recital

y que iba a escribir un poema de los que se escriben
en verso libre
en las notas del celular

nunca me gustaron los jueves de lluvia
a pesar de haber aprendido a ahogar a la bestia
y que todos los trenes vayan a Temperley

mientras ellos buscan el eslabón perdido
de cordón en cordón
vomitando resabios de su esencia olvidada
en el silencio de los crueles

derrotas inexistentes
ausencia latente

¿cómo no sentirme una hipócrita
si me odio cuando me veo a través de sus ojos?

siempre hay recaídas

el idilio se rompe
con cada giro del molinete
a los dos nos falta un trozo
que dejamos en algún lugar del conurbano

pero eso no basta para hermanarnos

mi apéndice más tenebroso
aplica la tortura esta vez
¿caíste de nuevo, tonta?
hedonista
caíste de nuevo

El terreno baldío

pasamos tantas noches tratando de adivinar nuestros pensamientos
que ya no sé si es cierto
que estás acá
preguntándome
si conozco el color
amarillo

esta tarde
la primavera nos estafó
como todos los años

me aturden los colores
los aromas
las columnas de cielo claro

aun así me atrevo a abrir alguna que otra ventana
sacudir el polvo de las cortinas
y espiar a través de la mezquindad de los vidrios sucios

solo para descubrir
otra porción de mi reflejo

Infección generalizada

Profecía autocumplida
O claridad dolorosa

Un poco reflejo
Un poco musa
Algunas certezas crueles nos hermanan

Nadie pagó esa traición
Condenada al silencio
Donde convergen
Pesadilla y venganza

¿Cómo?
¿Cada cuánto?
¿Qué título ostenta?

Entre tantas sonrisas falsas que nos dedicamos
Hubiese sido tan fácil
Como los panfletos que se dan en las calles
Como una moneda a un mendigo

Realmente hubiese bastado

Ahora esas palabras te pertenecen
Yo instántanea descolorida
Yo sala de espera
Yo hormiguita espectadora

Todas mis heridas están cosidas por un hilo sucio
Que disfruto arrancar
Para abrazar el dolor todo el tiempo que pueda

Son los dientes de las miradas transparentes
Las fauces insondables de los rostros ajenos
Y el reservorio que todo el odio contiene

Cinco minutos menos

la ilusión de una pausa
que no hace más que cernir sombras
sobre esta caja húmeda

se nutre con sangre seca
de la carroña que yace entre lirios

se imprime en el amanecer
como una imagen velada

la alarma apunta hacia la eternidad
tan atroz
tan ajena
como un
final

y traduce esa voz de vidrio
que desgarra sin piedad la carne vejada

necesito
cinco minutos
menos

Miedo

que sepa coser

que sepa bordar

que sepa tragarse las sábanas después del acto sexual



que me practique un aborto

una muerte digna

(y privada)



que cosa con esfuerzo

las habladurías

la carne purulenta



no más huirle espejo

no más tijeras en el bolsillo



nunca tuve un padre

que me defienda

de todo lo que el estado me niega

Agrio

El mundo no puede sostenerse sobre
Un juego de indiferencias

Ni la fantasía de nutrirte con los sudores
De mis últimas ausencias

Mi condena es la sumisión de la carne
Picada
Con vidrio molido
El saqueo del ocio
Restos
Boquitas gastadas

Matizo
Me oxido
Perfilo

Escarbar en el espejo
Quizá arruine algo más
Que mis uñas recién barnizadas
De azul
Como los coágulos de vómito ácido
Que brotan de un racimo de venas troceadas

Basta un corte transversal
Para descubrir
Grasa de carnero
Humores rancios
Dientes infectados

Y finalmente
Desangrarse
Con paciencia
Sobre las sábanas

Ejercicios para noches sin musas

I - Violencia doméstica

Un día me dijeron que la gente feliz no termina en Puan
Se compra autos
Tiene una vida de mierda
Quince días de vacaciones en Brasil
Hijos odiados
Parejas odiadas
Carne
Putas
Pajas
Feriados

En Puan también conocí revolucionarios individualistas
Que no pueden sentir
El hedor de una injusticia
Apestando sus camas

Pero dije que sí, que voy a verte
Vamos a hablar del clima
Y otras cosas que no te importan
Me vas a mirar con asco
Vamos a coger igual
En ese lugar donde no existo

Puan
El atardecer
El puente Pueyrredón
El coloso del riachuelo
Quedan atras
Y caen las primeras gotas

Sin darme cuenta
Estoy de nuevo
Cara a cara
Con el semáforo
Que no me deja huir


II - El perdón de los pecados

Recuerdo la primera vez que te vi
Rascarte el menton
Seguro Gepetto se sentía así
Me hubiese gustado preguntarte en qué pensabas
Pero no hablábamos el mismo idioma

Al otro día nos cruzamos en la planta baja
Ibas con tu grupo
Hablando de tacómetros
O taquímetros
Algo así

Me hubiese gustado conocerte en tu primer cumpleaños
En la cuna
Sin tiradores
Sin barba
Sin anzuelos
Sin fingir orgamos

No es tan difícil acordarse
No sé por qué te cuesta tanto a vos

La primera vez que salimos pediste un destornillador

Soy mala para las direcciones
Y para esas preguntas olvidadas

No creo en la resurrección de la carne
Ni en la vida eterna

No tengo mucho que perder

Soy buena para perder
Norte
Sur
Todas las direcciones

El destornillador pasó de moda

Es más difícil acordarse
Que fingir

Anzuelos para pesca deportiva
Barba candado
Tiradores para muebles
Cuna sin estrenar

Definitivamente tacómetros
De eso hablaban
Con tu grupo
En la planta baja
En otro idioma
El de Gepetto
Cuando te vi rascarte el mentón

Tampoco creo en musas
Ni en el perdón de los pecados


III - Petros

La piedra que falta

En el castillo

Se convierte en obstáculo

En viento en contra

Desentona con el paisaje

Risueño

Incompleto

Descompuesto

Huye al interior de la caverna

Compuesto

Por brasas

Y el canto de una alondra


IV - Calmantes

Ya todo ha pasado
Empapar la frente en almíbar
Afirmar el unguento

Sé algunos pasos de salsa
Sé un monólogo de Hamlet

Se
en
Etapas

Con un algodón embebido en miel
Yo maté a mi madre

A esta altura frenar
Es perder

Frenar
Empapar
Tonificar los músculos con clases de salsa
En el club de barrio
Monólogos trillados
Y mas promesas

No son etapas
Es miel
Es frenar
Y es perder


V Pantalon

Debería haber usado ortodoncia
Pero igual hablarían
De mis tetas
De mis rollos en la cadera
De mi pelo
De esa envoltura de papel metalizado
De mis bolsillos llenos de agujeros
De muñecas de trapo
De kilos
De ropa
De que me gusta la calle
La cerveza
La noche
La envoltura de momentos llenos
De pelotas de trapo rodando en la calle

Robada

Nacer es el arrebato del cuerpo
Un momento en la palma de la mano
Y cientos de ojos expectantes en las gradas
Un simple quejido puede borrar la brutalidad
Enseñar a romper el idilio
El quiebre llega con la noche
Pero el mundo no crea vida esta noche
Escribe con bolígrafos de tinta amarilla
¿O son cuchillos?
Los ojos secuestran
Ojo por ojo
Vientre por vientre
Cientos
Compartiendo el origen
Respirando miseria
Transmiten la imposibilidad de la palabra
Pero la lengua que vive debajo embiste con vigor
Antes que el verbo surja en el armario
Cuando los pensamientos congelados se elevan
Y fingen estertores violentos en la alfombra
Embriagado de venenos ardientes
Puedo materalizar por un instante mi cuerpo robado
Aunque no sea capaz de sostener las piernas
Sobre esta espuma de cuerpos vacíos

Año nuevo

Con el rostro vuelto hacia el pasado
Veo crecer un áster casi barbáricamente

Se nutre de la sangre que cae de mis encias
Ensuciando el suelo

El resurgimiento de estas ruinas
Es una caminata en línea recta hacia ningún lado

Y estas cinco o seis baldosas
Son acaso un final que no llega a serlo

Estirar el brazo
Coordinar perfectamente cada movimiento

La armonía perfecta de los músculos
Se quiebra en cientos de manchas de humedad

Me faltan diez al menos
Conté diez porque es todo lo que me enseñaron

Tengo que aceptar mis limitaciones
De caracol babeante

¿No me alcanza
O no lo alcanzo?

Despues de todo quizá no seamos tan distinas
A veces caigo en la trampa de odiarte

Flecha, desdén, uva
Eso debe ser la fidelidad

Seguro tenes muchos vestidos sin estrenar
Y queres devorarte sin cubiertos

La torpe reverberación de la carne
El ojo cíclope que todo lo abarca

Que el alcohol, que el instinto, que las malas compañías
A mí no

Yo me tomo un té con mis mayores miedos
Y pienso

Que el nombre te condiciona
Pero el mío se caga de risa

Anacronismo

Hablemos de la luna vacía
Y de esas cosas de las cuales no se habla

De que los viernes me escondo en el baño del subsuelo
Y pienso que podría destruir sus azulejos chorreantes
Con disfrute fingido
Pero sólo le gano a la soledad
Haciendo trampa

Creo que me quisiste
Cuando máscara
O madre

Pero antes fue anzuelo
Y daga

Yo pertenezco a la casta
De los que ven la luna medio vacía

Incontables veces recité tu evangelio
Meses de muerte viva
Años
Palabras cada vez menos

Muchas veces reclamaste ojos ausentes
Pero al fin, todo se iba a escurrir
Manos
Cuellos

Como el agua, que me estafa constantemente
No diluye mi inmundicia
Pero me arruga la piel
Y se va

Para quererme
Siempre fue necesaria la daga

Se que querías espina
Pero más querías urgencia

Como órgano
Como estatuita de carne cruda
Como reservorio de carencias

Creo que quise serlo, pero ¡ay!
Más quise mi cuerpo de pájaro herido

Coágulos de bilis negra
Soterraron mis huesos
Y fue casi un alivio

No más silencio
No más útero

El pecho tibio
Rojo
Como el rubor de la piel vejada
Tan vacío como la luna
Volverá a ser mío

Y

La fiesta de máscaras

Juega sus cartas en mi boca

A ras de piel

Grosero equilibrio

Entre los delirios ambarinos

De un enjambre de espejos 

Aquí sólo hay muerte 

Y desorden

Soy piernas inmóviles

Y brazos escuálidos

Tengo sueño 

Y el ganado huele las cortinas

Irrumpen lágrimas de arena 

Y pretendo que funciona

Soy un pueblo inerte 

Y a veces una pocilga viva

Pero, finalmente

Una cáscara vacía

Busco una

La loba aúlla miradas fugaces

El miedo 

Fatigado

Grita

El miedo dice 
Ojos incompletos
Lo persiguen

Paseo por la plaza

Tal vez no
Debía
No deber
A quien me debo
Al cieno
De la pluma
De la garganta
Al barro debajo del tobogán
A la calesita rota

Debo no haber sido
No debo haber sido
La que reía en la hamaca
(O la hamaca reía con su oscilar perverso)

A veces veníamos a tomar cerveza
O a fumar
A veces veníamos

En ese árbol se ahorcó un pibe de veinte años
Alguien escribió que abril es el mes más cruel
Debe ser así
Debe ser

Molicie

A veces es necesario romper el sol
Abrazar el ocaso y pisar la inconsistencia
Al rozar el vacío quizás comprendas qué cifra esa sonrisa
Acaso no te perturba su misterio?
No te asquea su impericia?
Hay algo seductor en su mirada
En sus cuencas orgullosamente huecas
Exhibiendo
Tu ocaso

El desengaño

Hoy mire la vereda 
Te confundí con uno de los envoltorios de golosinas que arrastraba el viento
Y me sentí mal

Recordé entonces cuando volabas
Como una bolsa de plástico en una tormenta
Y creía que tus alas llenaban los espacios vacíos

Quise buscarte 
Pero mis ojos no te distinguieron entre la multitud 

¿Son esos tus labios mudos?
No hay duda
No los confundiría

Sucede que tu voz se perdió en el ruido de la ciudad
Y yo sospecho que ya no siento

Piedad

Caminas en cuatro patas
Como un perro viejo

Un perro
Tendido al sol
El cuerpo roído por los gusanos

Una regadera
Oxidada

Sentimientos pre fabricados

Belleza sodomizada
Manipulada
Abusada
Y dormida

No te culpo, no
Si tus pupilas no llegan más alto

Los hongos trepan por tus muslos
Avispas furiosas
Devoraron al niño

Y además, a todo el que mira
Lo convierte en piedra

A brazo

Hablar es mentir
O la nostalgia del canto.

Es examinar la figura
A brazo.

Es una alucinación que vacía
Un caos difícil de concebir.

Es predecir el espectro de la voz
Entre frases automáticas.

Ayer soñamos que morías
En una melodía ideal
Sepultado entre huevos de reptil
Y piedras.

La vanidad carcomida por el grito
Es la máquina de movimiento perpetuo.
Chapoteo en aguas viscosas
Enjambres de desencuentros violentos.
‌
La que ignora el castigo 
Del desorden fatal.

La peste.

Todo está condenado
Al recinto donde agonizan los mendigos.

Rótulos unidos por nombres
Sucesión de yoes vinculados
Quebrando una por una esas certezas
Costillas
Páncreas
Cráneo
Y riñón

Se quiebra la identidad. 

¿Qué une los fragmentos?

La imposibilidad de la pérdida de los astros.

¿Acaso no ves que me abraso?
Que me abrazo.

La orquídea tiene el aroma
De la cadencia de fuga.

La inocencia del devenir.
La fatalidad del suceder.

La inminencia del final.
Y lo que vendrá después.

Olvidar el olvido.
Destruir la destrucción.

Elucubración

Mejorar. Callar. Cambiar. Entender. Ayudar. Contener. Pedir disculpas. Sonreír. Mejorar. Abrazar. Alejar. Aconsejar. Explicar. Enseñar. Mejorar. Cambiar. Mejorar. Entender. Ayudar. Entender. Contener.
Esperar. Entender.
Disculpar. Entender. Olvidar...

Salud, este mundo

Quizás el hombre es quien elige el mayor desafío. ¿Quién cree ya en no hablar? Tendrán la facultad del triste llanto, de todos los años que busco, de todas las calles. La máquina aforística es así, negra.
No sé que es lo que nos obliga a usar nuestra ignorancia.
¡Oh tú, Luna, amiga de Mark! Estamos oficialmente incomunicados.
[cuanto-mas-excelente-el-amor-por-vos-es-mas] [escribo]
No se imaginan que encierran la violencia en el café...

—De hecho casi cometo un error terrible, pero para contar, prefiero las sílabas.
—Tincho le mete los cuernos al rocanrol, metiendose en esas horas de la pluma, sin buscar, pero totalmente al día en cuanto a información.
—Vaca

Entonces, tendrán la sensación de la obra, cuando se llega a saber la ausencia de las apariencias.
Hay una voluptuosidad inadjetivable en el amor de los ojos. Amor de escudo.
¿Todo lo que hay que hiciesen lo hacen? ¿Por qué?

Contestame el reflejo de mi.
Ahora bien del todo.
La Musa Enferma de la destrucción.
El corazón cuando se dejó caer de nuevo.

—No creo en lo que me rodea.
—Incluso a bailar. A bailar, a bailar, a bailar. ¡Bailar!
—Una sola cosa para decir de los problemas de manicura, de tostadora, de taladro con nadie.

Más allá de Agosto, estaremos festejando con los chicos del hambre.
Las penas pueden aproximar a dos mentes.

—No me voy a sorprender, me vas a dejar plantada hoy, así que lo comentamos cuando tengamos algún debate en línea recta. Te parece?
—Jaja, y bueno, hay cosas, y las piernas. Pero vivimos por y para el engaño.

No viniste a este año, el de la cabra de madera, ni al de mis ojos cerrados, ni al del sueño de otra persona en el pie derecho.
O veintisiete.
O morir como un Balzac.
O estoy bien.

No sé qué fue de las aguas en ajenjo.
Y con qué orgullosa jactancia sé que no hay flores en este libre infierno.
Asesina esa frase cuando te quiero más.

Hay una nariz, ojos, boca, pero todo era tan triste, cuando fuiste presa fácil del último tiempo.

—Mmm, es 3012. Por fin llego el momento, cambio el chip, y me voy

Que sí, que miseria, desesperación, muerte, y vigilar, y volver a considerar toda la fabricación de alfileres.
Sí, sí, sí, no estaba muriéndose en ese pensamiento falso, inocuo, morboso.
En el edificio más desagradable e inhóspito en el que han estado jamás. Sólo para que se sientan abrumados, se resuman en pensar por la vieja lámpara sobre la frente, la hermosa llamarada roja que todo lo supere.
Y vos perdiendo al amor de Avellaneda.

—Ahhh, claro, AMOR. Y según la letra S?
—Primero vamos al final.

Son aguijones cuyo veneno se diluye en línea curva. Y canta, oh diosa, no sólo porque no sabe ver cuáles son felices, aman la paz, defienden a las calles.
Un gran momento. Llego el momento y debemos romperlo.
Alguien se ha ido diciendo que no es posible que esos sabios, esos sabios y esos millones de hechos que atestiguan que...
No importa cuantos sean, no importa si libertad o los domingos o la edad de Iván Ilich.

—Si no, folklore. O no se, pero vemos

Adivinando. Todos están obligados a prenderme fuego si les ordeno saltar por la calavera. Otros desenfundarán sus espadas y tomarán un ingreso neto de él, y luego, y, en la vereda...

—Esto es fácil, bancarme con la vida, es el tema

Flotan, todos estallamos en carcajadas de risa rubia de barrio, en donde varios de nosotros estamos acostumbrados a.
(Sí, ya estamos acostumbrados)
Siempre es una pasión inexplicable. El veneno se diluye en el mundo, y esperamos, y te digo que no; pero nos burla.
Y fui a verte feliz, pero no te encuentro nunca.

—Enicma de destruida, tenia las mejillas rojas. ¿Cómo había pasado eso?

Crack! el espejo. Me recuerda que todavía no sabe ver un charco lastimoso. Apago; me levanto. Me muevo. Bailar. Presa de lo que cueste.
No importa cuantos sean. ''Libertad o muerte'' deberá decir nuestra estrella.
Se decía ''Volveré''

Más para el show, su industria de tintura azul en la infancia.
Otro dudó ante su mirada desde la alcantarilla.
Otro puede encontrar sitio en ninguna clasificación, inscribirse en ninguna materia.
Como a todo caso, el paso.
Y el alma es nada, todos los domingos cuelgo la casa, acomodo la almohada y la buena suerte; pero vos...

El problema era cuando ya no estás para el jueves. Aunque tengas tanta gloria, o tantas piedras en la pared, hay cólera en esas frases de cualquier zona prohibida, hay una parte de arte y neurosis...
Esperando al mesías, justamente eso. Lo único que salvó nuestro pellejo, lo más extremo que me caracteriza. En la Bella durmiente te vas a hacer túneles.

Te lleva por el espejo de Hofmannsthal, del avestruz.

—Cayo es un resultado de laureles, ¿y todavía querés un fernet?

Ustedes tienen. Nosotros, cuerpos muertos. Que los vivos desaparezcan.
No tengas miedo de que las mejillas, sobre la tierra, se vuelvan grises.

—Te noto mala cara

Le dijo que todo era tan triste...
Pero totalmente al día.
No importa cuanto lloren.
Libertad o muerte deberá decir que no recuerdo.
Vivimos en aquel dulce y bueno.
Ponte en guardia, quieren decir una pequeña canción, gritar tanto miedo.

Y te digo que estos días se prestan para preocuparle; enséñale sólo uno.
Después de este, allá...
Sólo diré un orgullo
El policía sordo escucho cosas

—Ahora no puedo creer lo pendiente que estás de los vivos para ver a los auténticos culpables.

Más allá, en tu muñeca.
Te mande un asunto funesto.
Y cuando piense en tu vida, veré ligeros estremecimientos.
Humo.

—Que parezca que vos más

Los ineptos heredarán la mentira, esa en la que también nos vistieron de campeón.
Más allá de aquellos días en la Tierra, ha ocurrido eso?

Cuento de hadas

Había una vez un viejo sabio
Su ceniciento rostro acunaba sombras lejanas
Memorias olvidadas 
Rotas
Vidrios amargos
Y una melodía pálida que se puebla de historias

Hoz de arena

Arcilla maldita que fue tu sepulcro

En aquellos tiempos en que bastaba desear una cosa para que el deseo se cumpliera, 

Todo el reino estaba atrapado por el mismo destino

La fuente

La pelota de oro

Comer de su plato y beber de su vaso

Así será

El sapo es estrellado contra la pared

No descansa: revienta
La comarca llora sin lágrimas
Con su ojo de cíclope 
Sin pestañas
a Nadie

En aquellos tiempos

Actuales

Sabe el anciano

Los aros de hierro sólo se rompen al guiar seis caballos blancos

Tríptico haikus occidentales

Espejos

I. Corrosivo

Desaparezco
Ya no abro mis ojos 
Al caer en el

La frontera
Devora de a poco
El horizonte

Lo regurgita
Y luego amanece
En el olvido

II. Negador

Se apoya
En la contramemoria
Que es negada

Reconocer hoy
Que la llave es ficción
Domesticada

Y los espejos
Celebran la subversión
Bidimensional

III. Piadoso

No se permite
Negar la propiedad
De los engaños

No se trata de 
Crear la división de
Los falsos mundos

Al confirmar que
El espejo piadoso
No me traduce

Tuberculosos

Una mirada miope

           que exhibe 

Reducción

Vaciamiento
Cenizas en su desnudez

Niño abiku en el agua de una charca

comunión de hojas secas y huesos filosos 

motín encapsulado
juguetes que no se estrenaron

lo demás es un vistazo inocente
que escapa
que no devuelve

Gracias al  CLUB DE LOS POETAS MUERTOS!

http://clubpoetasforo.blogspot.com.es/2014/06/contrapicado.html


https://twitter.com/Clubpoetasblog 

Contrapicado

Sobre un macizo de aguas turbias
fingió devorarme

Deforme imitación 
que vive del retrato 
del esqueleto enfermo

El artesano
entenebrece la sombra

Su mano amotinada enmienda los médanos

Un susurro cortado al sesgo
me pinta de cuerpo entero

La multitud se agolpa

Los rostros se confunden en un entrelazado virtuoso

El lado más infecto
muestra las llagas
para divertir su ociosidad

Hablaba desde mis cuencas vacías
Frente a un grito apenas dorado
Ocre

Yo también seré a tu lado
Silencio, silencio

Requisito excluyente

No te vimos besando el papel tapiz

escondiendo con celo tus cadenas

Arrastrando tu anclaje en duelo

con desencarnada violencia

Haciendo de la tierra tu morada

Ignorando el rocío
que defiguraba tu reflejo
y humedecía tu espalda

¿Como reconocer a tu propio verdugo

si hasta el césped más verde

abraza su cárcel con pasional embrujo?

Cuando despertamos te habías ido

con el amanecer como silencioso testigo

Gracias a LaPoesíaAlcanza.com.ar!

http://lapoesiaalcanza.com.ar/index.php/espacio-abierto/16-poemas-recibidos/1028-acherontia-styx-de-argentina

La parábola de los ciegos

El miedo a contaminarme
El recuerdo de la laguna
El silencio que es verbo
Nadar desnudo en un estanque que arde de mentiras
Hundir mis pies en un mar de necia galantería
Llegar a tu garganta
Que mis manos se vuelvan azules
Que se confundan en tu rostro púrpura
Morir en tus costillas
Desde adentro

Desde acá se ve mejor

Sumergida en el caparazón de alambre no me importa el nido que no alfora

Me olvido que estás acá, me pierdo en tu testarudez, incapaz de ceder ante la misma letanía, sosa, opaca

No veo tus ojos como ciénagas inmundas, secas, descascaradas

No escucho tu cadena de sentencias acartonadas

Podría habérsete creído un adversario ausente, que nada podía aportar a la situación

Tenías razón -musitó- no es muy cómodo apoyarse en el borde de la fuente

Y todo volvió a formar parte de aquel inquebrantable acuerdo tácito en el que se sucedían los días

Binomio dominical

''El binomio Fausto-Mefistófeles se resumía para mí en un único hombre, que era yo'' Carl Jung

calla, ataúd

calla, purgatorio

calla, mustio estupor de mis días

donde Cobardía y Prudencia conviven en sordidez

calla, tempestad

calla tus insignificantes versos

y tu espasmódico capricho

de saberte serena

El jardín de las delicias

pétalo experto
que suaviza la carcajada repentina

todo es eventual:
la cadena escondida
la falda de satén

el efímero perfume de las azucenas en aquel enero invernal
confirma que no hay lugar para mi sonrisa rota 

Ménage à trois

Fortuito
Ménage à trois:

El salitre de tus palabras nacaradas
Tus labios morados de gustar frutos maduros
Y la raíz amarga de mi carne ausente

En las venas, 
El níveo susurro

Devora el hambre

Decanta el desespero de saber

Que mi cuerpo pertenece a la alfombra

Mi sentir al jolgorio

Mi recuerdo a las sombras

Laberinto de Injurias

yo y mí
trituran

el tempestuoso apetito
de siembras imperfectas

su significado se escapa
del quejido complaciente

que tritura
los llantos de
yo y mí

Silencio

                                                                                                               
 
                                                 .

Pies descalzos

y si se conforma con semillas estériles 
es porque no conoce más que los olores rancios de su propia orfandad

moralista
libretista de su tragedia

recorre asiduamente este desastre narrativo 
con la delicadeza del canto de un enfermo

clara de huevo
mero ropaje de su triste claridad

todos nacen de una mirada atenta a otra

mendigo

leprosa

desnuda

y yo

A mí misma

Mirame.
Acá estoy.

Secando mi llanto en hielos perennes
Acunando pinceladas de distintos matices
Siguiendo mansamente el hilván dorado que cose la hojarasca 

no preguntes por qué

me amparo tras las paredes que rodean 

el mecanismo perfecto de sus manos

como un vidrio

O vacío mis ojos en la misma raíz de su vida

tan torpemente truncada

No me ignores.
Mirame.

con la fragilidad de una lágrima
con la inconstancia de tus sonrisas
menudas
escurridizas

Pedestre

La ficción barre las sombras 

Las luces se tragan la inocencia

Las miradas ensucian la belleza de lo ausente

Y tus labios dóciles no rompen en nada

Explicación n36

Penumbra absoluta.
Todavía te busco en el paradigma de conjugación regular, en el camino de Swann, en la sordidez del quinto piso de una vieja tabacalera, en cines abandonados, en colillas de cigarrillo sueltas, en movimientos arrítmicos, en fracasos, en desencuentros...

Agreste

Viento de mayo.
Recuerdos con sabor a alcohol.

Se quiebran la espina dorsal en el estremecimiento del amanecer.
Se escapan.
Se difuminan.
Se pierden.

Sobras

 "Sin el animal que habita dentro de nosotros, somos ángeles castrados"

yo, mujer a medias
             rechazada por mí
                                   frente a la muralla 

              del dolor insaciable que me atormenta

yo, despojo humano
sumida en el caos
abominable
intimidante

yo, naturaleza muerta

y ésta fascinación macabra de hundir las manos en el hielo

          YO

piel cansada de contener vivacidad

esqueleto perdido entre residuos

          YO

mendiga de suspiros

imitación de verdugo

         YO

tempestad comprimida

ángel castrado

el deseo de aliviarme de mi presencia a mordiscos

se traduce en el disgusto de los ojos que me miran

Explicación n33

La paranoia de saber que bailamos en un tablero de ajedrez me impide saborear la inmediatez del entusiasmo.

Amar, temer, partir.
Amar, ceder, sentir.
Amar, ceder, sufrir.
Amar, temer, fingir.

Fuimos dos historias disímiles que durante un brevísimo instante coincidieron.
Pero ya no.

Desdicha no es

desdicha no es 

consumir realidades empañadas 

en mi dulce cárcel de vidrio

desdicha es 

saberme un torpe monigote

que calcula mezquinamente cada fonema 

arquitecto de condicionales 

fantasías perladas

impotencia desnuda

Mutis por el foro

Cada caricia nos aleja un poco
Cada palabra se acerca más a la última

El telón cae 
          y cercena la armonía

Mujer de tiza, borrada por la lluvia

Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

Y el dolor que me punzó la garganta

al atravesar el desfiladero de mis temores

empequeñece hasta la invisibilidad

cuando se enfrenta
al despreciable infierno de la obsesión idéntica

que me condena a arrastrarme a moldes ajenos

buscando a tientas una caricia furtiva

cuando me reconozco una imitación mediocre de la musa de ayer
                   una sombra

una versión oxidada de la que escribe estos versos

Y también en eso fracasa

También en eso

Octubre

Nunca más

los pulmones agitados

el niño ahogado

las nubes en el cielo

nunca más

La huésped del espejo

Sólo por miedo.
Vuelve a ser la de antes, la de siempre.
El reflejo la justifica, vanidosa actriz de burlesque.
Y quizá se reconoce menos en esos mohínes de cotillón que en esta marioneta que se retuerce en el piso del baño.
Se disfraza de una convulsión que quiebra el aire o vomita su derrota.
Ya no sé quién escribe. No sé a quién describe.

Llora  
voz alquilada
voluntad ajena
     
Se balancea en la falsa división del mundo
carne prestada

Las baldosas nunca fueron tan frías.

Grita hasta desgarrarse la garganta
se acurruca en posición fetal
se ríe
se defiende

Hay cierta gracia en mis preguntas

¿En serio? ¿Esto es todo?
¿Así va a ser?

¿Acaso no te asusta?
Nos descomponemos mientras caminamos.

Castillo de Arena

es difícil no temer a una araña 

o a la languidez de una lágrima

cuando se tiene la certeza de que todo se desmoronará 

con menor contacto

con la primer sonrisa

Miedo a la música

Pocas cosas son tan lacerantes como el silencio que retumba del otro lado de la línea telefónica.
Llena los oídos de avispas
La sangre
La piel.
O tal vez sí.
El miedo al deseo de silencio.

Y empiezo a preguntarme si valió la pena, en primer lugar, llenarme los ojos de oro.

No es un árbol. Es un brote escuálido que nunca sabrá de flores.

Como siempre.
Monerías, para sentirte menos culpable.
O tal vez no, y eso es lo que realmente mata.
El miedo a la música. 

Y los días pasan.

La espera me cierra la garganta
Me tira al piso
Y no me permito sentir
Ni equivocarme
Porque temo tu juicio
Y me miro a través de tus ojos 

No sé por qué creí que esta vez iba a ser diferente.

Me aterra que lo adviertas.

No me rindo,

Te facilito la tarea de asesinarme

Y me invento tus heridas

¿Noción de otredad?
Un barrilete es un carrete de hilo, 
No los los colores que simulan bailar entre las nubes,
Ni el viento que lo mece,
Ni el sol que te obliga a correr la mirada

Por eso me nos corto con el cuchillo de la indiferencia, 

Por eso canto para alargar la agonía

Cuando todo vuelve a su lugar

Se cierran las grietas.

Un segundo.

Y me aferro a eso para no morir.

Aunque ya no soy dueña de mí.

Ni eso.

Autómata.

Deber ser

silencio arponeado
propiedad privada
galardón insignificante
bastón 
de mutuo acuerdo
Infinitivo

Masticar el vacío.

Sonreír.

Regalo carcelero

de dónde viene esta manía de andar ceñida a sus pasos?

esta obstinación desalentada

el perpetuo desaire
el solemne rechazo

satisfacción?

todo se reduce a la aprobación huidiza de tus ojos ciegos

los tuyos?

una moneda atrapada en una grieta

una rayuela borrada por la lluvia 

nuevo silencio

en su mirada casi inexpresiva

bovina

larga

insulsa

la sutil marca de aquel que no puede acallar 

las risas sordas que rebotan en las muecas ajenas

κρίσις

Oliverio, ¿Me extravié yo también en la fiebre?
Jacobo, ¿Perdí mi itinerario en el desierto?
Alejandra, ¿De dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
Alejandra...

Ceci n'est pas un poème

de ''el coleccionista de moscas''
fragmento encontrado en un cajón. 
papel amarillento, caligrafía de adolescente boba.

No nací para esto. No soportaba el sonido de las uñas rozando su cráneo  el baile de los dedos entre su pelo sucio, su falsa respiración entrecortada.
No quería un beso en la mejilla, ni un plumero en la mano, ni una sonrisa imperturabable.

El hombre gris, chapoteando en un río de pegajosa costumbre, me recuerda a la fruta en su cárcel de madera. 
Se confunde con la oruga que carcome las raíces de la esposa-árbol. Es el tren entre los cubículos. 
Es ponerle nombre a esta nada. 
Suelo, para sentirnos sostenidos. Cielo, para sentirnos cobijados.
Suelo, la cumbre de la humillación. Cielo, el norte perpetuo.
Es construír fantasías para no tener que levantar la vista. Para olvidar nuestras limitaciones.
Vestirse con risas silenciadas, escudarse tras máscaras afónicas. 

La naturalización de la hipocresía.

Un jarro de moscas.

Otro igual.

A unas se las alimenta en exceso, proliferan rápidamente y mueren por superpoblación. A las otras se les alimenta de manera austera, y resultan, en consecuencia, más longevas.

Pero algo no funcionó para mí. En todo momento, mis manos palpan vacíos de mil matices.
La bailarina de porcelana se cae del placard, se deshace su pequeño rostro en miles de astillas.
La bailarina de papel se ríe en su cajón, con los ojos inyectados de sangre.
Leyes tan humanas.
Tan humanas.

Reflejo

me gusta verte enfrentada a tu propia cobardía

huespedes de la herida 

verdades que queman

como la carne cuando se golpea

se siente en los silencios de siempre

en poemas de poca monta

en realidades mutiladas 

soy tan otra que no soy nadie

y lloro, grito

como llora una matriz deshidratada

la única verdad

es enterrarme en esta cicatriz

en la jaula que sirve de espejo

me gusta verte enfrentada a tu propia cobardía

Carnicería de Cerezos en Flor

la horda sigue la dirección del humo
el olor de la putrefacción
                       -
charcos de lluvia ensombrecida
un caminito de hojas secas, y después, desamparo
                       -
en algún lugar del negro panorama
hasta la falda de la confianza

Indulgencia

el abandono traza sonrisas en su mirada
el ardor se acrecienta

no pierdas la cabeza.

Decadencia

Inhalar

Crema de inocencia podrida
La pegajosa obsesión hecha carne.
Los dientes de la seducción.

Otro despertar confuso al pie de la fuente.
El cerebro, fresco sobre la mesa.

En el balanceo de lucidez, los inquilinos de trapo permutan cadenas de escalofríos por falsa lealtad.
Transmutan en esclavos en vela.
Condimentos de otra picazón que no cesa

Sed de lágrimas de agua dulce.

Las mentiras se originan en la humedad.
Reflejos de huida.

Exhalar

Clavarse las uñas hasta hacerse sangre. 
Curar con miel las hendiduras de la corteza
(para alimentar a las hormigas de la carne)

Agónicos puntapiés a la oscuridad.
Gritos ahogados en la almohada.
Péndulo del desconsuelo.
Defensa primitiva.

El abandono se traduce en el límite del alambrado.

Víctima de convulsiones febriles,
del estupor matutino

Esculpirse. 
Arrancarse la piel a tiras.

Reír hasta desencajarse las mandíbulas.
Ladrar hasta que el alma se escape.

Arriba el sol.
Abajo las ruinas.

Fundirse en el incendio de las ilusiones carcomidas.

La traición de las imágenes.

Ahora.
O siempre.
Deambulando, peregrina de recuerdos de tinta.
Ebria de abismos, buscando entre colmenas un lienzo puro.
Ahora.
O siempre.
La niña de ojos espejados se hamaca en el jardín de cerámica.
Las avispas susurran verdades que dibujarán lágrimas en su sonrisa.

Es mejor no invocar a las estatuas de sal.

La niña oscila entre el despertar y la elocuencia noche.

Demorarse en la distancia del concepto.

Saltar a la garganta de la voluptuosidad.

Pero el saltar también es lógico y secuencial...

Cuando el verdugo de las sombras yace en un foco incandescente.

Y no.

Esperando en el anden infinito un tren que destroce este último ápice de razón. Un tren fantasma.

De nuevo. 

Es mejor no invocarlas.

Sabés que vuelven a estar ahí...

De nuevo.

¿Será posible que cargue con todas las verdades, todas las mentiras? ¿Qué tan fuerte es la ceguera?
Si muero, será viva de oscuridad...
Y, ¿cómo?
Si nadie me ha visto nunca.

A veces los precipicios se sueldan.

En la punta de la lengua.

Adentro del ojo.

Se puede pretender que el cielo nos cobija y la tierra nos sostiene.

Como un conejo que corre tras la zanahoria que se le pone delante en una cuerda.
Y tira con fuerza de la cuerda.

Invocarlas.

Involucrarlas.

¿Es mejor no involucrarlas?
De nuevo.